RENOVARSE

Domingo  /  07 de Enero, 2024

Decía el filósofo y escritor Miguel de Unamuno que el progreso consistía en renovarse, lo cual derivó en el conocido refrán: “renovarse o morir”.

La sociedad en general funciona a velocidad de crucero, lo que hoy vale mañana está obsoleto. Todo va muy deprisa. El mundo laboral, independientemente del sector, privado o público, no es ajeno a esta circunstancia. Al revés, en mi opinión, debería ser vanguardia de cómo hay que mejorar para actualizarnos y adaptarnos a las necesidades de cada día. 

Actualizarnos no significa tener el mejor ordenador o sistema operativo, que también, sino saber interpretar y adecuarnos a los mercados, puestos y equipos de trabajos, perfiles profesionales, culturas, etc. Todo ello, a través de un apropiado liderazgo, correcto manejo de la comunicación, buscando nuevos retos, creando sistemas diferentes que nos generen entusiasmo y motivación.

Para conseguir el objetivo que nos marquemos no bastará con utilizar las ideas, nociones y procesos realizados hasta ahora, menos todavía si el equipo de trabajo es el mismo. Tendremos que trabajar de forma creativa para despertar la curiosidad de sus integrantes, nuestros equipos, y generarles estímulos motivacionales que supongan activarse para alcanzar dicho reto. 

No podemos tener miedo al cambio. Los cambios, de modelo organizacional o liderazgo, no deben ser un problema para las organizaciones. Quienes componemos o lideramos esos equipos de trabajo, tenemos que saber desplegar el potencial de los equipos, proveer de los instrumentos necesarios para ello, eliminar el miedo y sustituirlo por la confianza, no penalizar el error, estimular la innovación y la creatividad, crear espacios emocionales de crecimiento, desarrollar la capacidad emprendedora y de iniciativa, dominar las habilidades comunicativas, provocar la integración, sentido de pertenencia y despertar la motivación.

El trabajo en equipo y colaborativo es una tendencia en las organizaciones que nos permite ofrecer una mejor respuesta a nuestras tareas. Si conseguimos poner en funcionamiento diferentes prácticas de desarrollo en nuestros equipos de trabajo aumentaremos su rendimiento.

Prácticas como los entrenamientos o procesos dirigidos a mejorar las competencias del equipo de trabajo (actitudes, habilidades y conocimientos). Actividades de construcción de equipos (team building) que fomentan una identidad social compartida y la cohesión grupal. Pero tampoco nos podemos olvidar de las actividades que fomenten el liderazgo compartido y participativo, facilitando procesos adaptativos en escenarios de incertidumbre, ofreciendo diferentes soluciones de apoyo y motivación.

Renovarse, o actualizarse, no es tarea fácil, requiere un gran esfuerzo, creatividad, tiempo y dedicación. Evidentemente también implica salir de nuestra zona de confort, superar el miedo a lo desconocido, al cambio. 

Buscar la mejora es un proceso continuo, no hay una solución permanente para las actividades que realizamos. Ahora que empezamos un nuevo año, estamos a tiempo de encarar esta forma de entender cómo tenemos que trabajar, no basta con llegar, hay que mantenerse y, sobre todo, saber competir en primera línea de “combate”.