PERSEVERANCIA

Domingo  /  18 de Febrero, 2024

El pasado curso trabajaba con un joven y preparado equipo de profesionales en un proyecto industrial. Tras planificar el trabajo a realizar y los recursos, repartimos las tareas y nos pusimos manos a la obra. Al poco tiempo, en un determinado equipo de trabajo, el tema se atascaba. Analizaron los motivos del problema y reanudaron la actividad.

Pocas semanas después, al ver que no se avanzaba, una parte de los jóvenes que componían dicho equipo querían renunciar, abandonar el proyecto. Explicaban que no había forma de encauzarlo, que era complicado y no iba a salir. Entre otras cosas, eché en falta perseverancia.

La perseverancia es la capacidad para seguir adelante a pesar de los obstáculos y dificultades, tener constancia, firmeza en cualquier aspecto de la vida que nos proponemos: un objetivo, en el trabajo, un proyecto, una idea… Y si no sale, se vuelve a intentar.

Una persona perseverante es aquella que persiste en su esfuerzo para alcanzar un determinado objetivo cueste lo que cueste. Siempre me acordaré de mi abuela, ella era un buen ejemplo de perseverancia, seguía al pie de la letra el refrán: “el que la sigue la consigue”. Nunca bajaba los brazos a pesar de los obstáculos o dificultades que podría tener y, si no le salía, volvía a intentarlo.

Es relativamente fácil realizar un trabajo cuando todo va bien. El verdadero desafío se plantea cuando surgen los problemas, dificultades, contratiempos y decepciones. Con la decepción presente en nuestra mente, la motivación nos abandona y nos invade la tristeza al ver que nuestras expectativas no se cumplen.

Todo este proceso es natural, la clave está en saberlo gestionar, afrontarlo y superarlo. Cuando tenemos en nuestro camino un obstáculo, una barrera, un problema, tenemos que tomarnos nuestro tiempo, analizar el asunto en profundidad, buscar otras opciones, corregir y seguir adelante con perseverancia. 

Porque es una cualidad que nos empuja a no desfallecer hasta conseguir lo que nos hemos propuesto. Esta actitud supone tener una gran resiliencia y propicia el desarrollo de nuestras habilidades para superar cualquier problema que podamos tener.

Pero ojo, para ser perseverante debemos tener un objetivo claro que justifique el esfuerzo que le dedicamos en un tiempo concreto. Es importante saber cuándo hay que perseverar y cuándo no. Porque no podemos traducir la perseverancia en cabezonería e insistir durante mucho tiempo en algo que no produce ni va a producir ningún resultado. Esto no es perseverancia.

Tratemos de ser personas con perseverancia como una de las características de nuestra personalidad. No abandonemos ni renunciemos nada ante la primera dificultad, entendamos que dicha actitud implica esfuerzo continuo y compromiso. Y si centramos nuestros esfuerzos en alcanzar un determinado objetivo y no lo conseguimos, seguro que habremos aprendido de las desviaciones o errores cometidos.