Cuando hablamos de priming hay una denominación que me gusta por encima de las demás. Es la siguiente: Priming es el proceso por medio del cual se provoca el comportamiento deseado (o algo parecido a él) de manera deliberada, para que este pueda ser reforzado. Se usa cuando se quiere reforzar una conducta que nunca, o casi nunca, se hace o consigue.
El efecto priming, o de primado, tiene que ver con la memoria implícita e indica que las respuestas que damos ante una situación, están influenciadas por estímulos que nos han presentado previamente o por experiencias anteriores.
Estos estímulos pueden ser tan simples como, por ejemplo, las palabras. Se produce de manera totalmente inconsciente, con lo cual no nos damos cuenta de que nuestras acciones han sido, podríamos decir, “manipuladas”.
Dicho de otra manera, el efecto priming es un condicionamiento, con lo cual todo lo que nos ocurre, lo que hacemos o escuchamos, influirá en nuestro comportamiento posterior.
Esto explica muy bien el poder que tienen las palabras en nuestras emociones y por tanto en nuestra conducta, tanto si las decimos verbalmente, como si las pensamos o escuchamos.
Se emplea muchísimo en marketing, publicidad, campañas de anuncios (ahora que llega la navidad lo podremos observar), etc. Pero también lo empleamos en el mundo del deporte. Es una herramienta que utilizamos para, por ejemplo, motivar a los-as deportistas en sus competiciones.
Cuando un-a deportista está en competición, no es lo mismo pensar: “estoy muy nervioso, me saldrá mal, seguro que pierdo” a que les transmitamos: “respira hondo, estás muy preparado, has entrenado muy bien, todo saldrá bien, disfruta y compite”, para que piense de otra manera más positiva.
Nuestro cerebro responderá de manera muy diferente ante unas afirmaciones positivas a otras negativas, y nuestra conducta ante esa situación también será distinta. Es más probable que, pensando de manera positiva, hablemos con más seguridad y decisión, e incluso nuestra postura corporal será mucho más firme.
Nosotros-as podemos elegir en todo momento de qué manera pensar. Hay deportistas que dicen eso de: “yo es que soy muy negativo”. En realidad, no es verdad, simplemente se han acostumbrado a pensar de esa manera, con lo que termina por hacerse de forma automática. Podemos pensar de forma positiva, porque siempre nos hará sentir mejor si nos entrenamos para ello con tiempo y constancia.
Escogemos algunas palabras relacionadas con ciertos ejercicios que hacemos repetir mentalmente al (la) deportista y les ayuda a realizar la repetición, como puede ser: “Arriba”, “Empuja” o “Fuerte” por poner algunos ejemplos. Se puede repetir mentalmente una vez o varias veces a lo largo de toda la fase de ejercicios que esté desarrollando, es decir, la fase de la repetición. Con una sola palabra, activan la acción a desarrollar de manera positiva y motivante. Conseguimos de esta forma un anclaje mental en los-as deportistas.
Esta “herramienta” consigue dar más intensidad en la cabeza a los-as deportistas y la priorizan en ejercicios difíciles. Creo, personalmente que, si se usa de forma efectiva, es una de las mejores herramientas para mejorar el rendimiento. Eso sí, reservo esta técnica para las series o ejercicios más duros (no tiene mucho sentido ni utilidad usarla, por ejemplo, en el calentamiento).
Pero también priming puede utilizarse en el campo educativo, dado que facilita la adquisición de hábitos y de conductas deseadas de una manera casi imperceptible para el-la estudiante, implicando su memoria implícita.
El priming educacional funciona de una manera sutil y, además, el aprendizaje en muchos casos se da de una forma accidental. La clave está en identificar una conducta para reforzarla. Para que el priming educacional funcione como se espera es conveniente identificar una conducta y centrarse en ella hasta que se consiga generar el comportamiento deseado.
Aunque el priming educacional está destinado a implantarse en las aulas, el aprendizaje que podemos sacar de este recurso es también aplicable en los hogares, en nuestras casas. Una forma diferente, pero efectiva, de reforzar determinados comportamientos sin que los-as más jóvenes se den apenas cuenta de ello. Un recurso para educar que muchos formadores-as desconocen.