APRENDER CADA DÍA

Domingo  /  12 de Julio, 2020

A los pocos años de nacer, uno de los temas que nuestros progenitores empiezan a organizar es la importante etapa de formación académica de cada uno de nosotros-as, desde los inicios hasta terminar la materia o especialidad que elegimos. En función de la elección, existe la posibilidad de complementar estos estudios con algunos posgrados como másteres o expertos universitarios, otra opción son los idiomas, etc. Acabado ese ciclo, entendemos que estamos preparados-as para afrontar otra realidad, la incorporación al mundo laboral.

El período de estudiante es vital. Terminada esta etapa, no debemos abandonar las ganas de continuar aprendiendo, de seguir formándonos como personas. Para ello hay muchas opciones, no solamente se instruye en los colegios, institutos y universidades, hay otras formas, otros conceptos para explorar. ¿En algún momento has tenido la sensación de que te has estancado en tu formación y quieres saber cosas nuevas? Activemos la curiosidad, la creatividad y el interés por conocer. Aprender nos mantiene la mente ocupada, nos nutre y enriquece el vocabulario, incrementa nuestra capacidad de creatividad y mejora la memoria. Podemos hacerlo a través de nuestros padres y madres, amigos-as, diferentes profesionales, el o la vecina, un libro, una película, un viaje, una experiencia vivida… 

Si establecemos el método de aprendizaje como algo inherente a nosotros-as mismos, conseguiremos ser cada día más hábiles y activos-as mentalmente, además de proporcionarnos diversión y distracción.

No se trata de establecer en el día a día un ranking sobre la evolución en mi formación, sino instalar un sistema de curiosidad, de comprobación y averiguación, a través del cual me permite disfrutar de diferentes experiencias y además me enriquecen como persona. De todo y de todos-as podemos aprender, como por ejemplo… a ser paciente, manejar correctamente las emociones, disfrutar cada momento con lo que hacemos, gozar de la naturaleza, soñar en aquellos proyectos u objetivos que queremos conseguir y convertirlos en realidad, dar lo máximo de nosotros-as e intentar alcanzar la excelencia, valorar lo que tenemos, sentirnos personas completas, equivocarnos y evolucionar y, sobre todo, aprender a ser feliz.

Aprender, más allá de acumular datos, fechas o memorizar, es el acto de avanzar como persona reinventándonos cada día para adaptarnos mejor al entorno que nos rodea. Quien es rígido-a en sus esquemas de pensamiento nunca podrá ver más allá de lo que le alcance la vista. No debemos ser arrogantes pensando que tenemos todo aprendido, la vida en sí misma es un continuo circuito de enseñanza y aprendizaje, con sus rectas y curvas.

Aprender es descubrir algo nuevo cada día para mejorar como persona, reconocer errores y superarlos, para admitir enfoques ajenos y/o distintos que pueden ser tan válidos como los nuestros. Es necesario entender que la propia existencia es un aprendizaje continuo que hemos de asumir con ilusión, apertura mental y emocional. Aprende algo nuevo cada día, solo así podrás madurar, mejorar y crecer para acercarte a ese ideal de persona que se encuentra en tu interior esperando emerger.