HACER LAS COSAS CON PASIÓN

Domingo  /  07 de Febrero, 2021

                                                                  La pasión es energía. Siente el poder que proviene de centrarse en lo que te emociona.

                                                                                                                                                                           Oprah Winfrey

 

Soy de la opinión que para triunfar en la vida (entendiendo por “triunfar”, realizar y disfrutar de lo que uno-a hace) son necesarios cuatro aspectos: 

1. Ser positivo-a en el desarrollo de cualquier actividad de nuestra vida: trabajo, estudios, práctica deportiva… No debemos sentirnos obligados-as a realizarla, la hacemos porque queremos, nos gusta y estimula, estamos convencidos-as de lo que hacemos.

2. Conocer la teoría de la actividad. Toda función tiene una parte teórica o académica que, evidentemente, debemos conocer para poder desempeñarla con garantías. Tenemos que estudiarla.

3. Una vez conocida la parte teórica, hay que poner la actividad en práctica. A unos-as nos costará más, a otros-as menos… No hay problema, seguimos practicando.

4. La practicaremos hasta convertirla en un hábito, que pase a formar parte de nosotros-as de forma natural. Conseguirlo significará que ya tenemos anclado ese hábito.

En definitiva, se trata de ser positivo-a, aprender los conceptos teóricos necesarios para poder desarrollar una determinada actividad y practicarla hasta convertirla en hábito.

Desarrollando estas cuatro consideraciones, estaremos en condiciones de poder abordar cualquier cometido que nos propongamos. Pero hay una clave, la cual es nuestro verdadero motor de energía, la pasión.

A lo largo de nuestra vida tenemos la oportunidad de hacer muchas cosas: estudiar, trabajar, practicar deporte, competir, bailar, pintar, entrenar, dirigir, leer, viajar, enamorarnos, escribir, colaborar… En algunas ocasiones las hacemos obligados-as por no estar convencidos-as de ello o simplemente porque no nos gustan; en otras, por compromiso, por miedo a las repercusiones, por el qué dirán… Es un error. Hacerlo con pasión significa que le ponemos toda la ilusión que tenemos, estamos motivados-as, emocionados-as, alegres, tenemos fuerza, deseo, capacidad de entrega, disfrutamos… Es el verdadero motor de nuestra energía, nuestro carburante.

Quizás en algunos momentos esa pasión implique que tengamos que ajustar o regular alguna de nuestras acciones (en el ritmo de ejecución, vocabulario, expresiones o tono de la comunicación) porque esa fuerza que nos proporciona la pasión supone que, en ocasiones, las personas que nos acompañan se sientan arrolladas. Pese a que dichas personas nos conocen y son conscientes de cómo somos realmente, debemos tener cuidado. Teniendo en cuenta esto que señalo, abogo por hacer siempre las cosas con pasión, que nuestro entorno sienta esa energía, que se contagien de nuestro entusiasmo. Nuestra motivación inundará cualquier lugar en el que estemos o grupo de personas con el que nos relacionemos.

Por el contrario, cuando la pasión se desvanece, empezamos a cuestionarnos el sentido de lo que hacemos. Detectada esa señal, es hora de hacer inventario y analizar si nos ha llegado el momento de cambiar y/o modificar algún aspecto que nos haga volver a tener el combustible suficiente, la pasión.

No tengamos miedo a ser apasionado-a ni a ser criticado-a por ello, la pasión entendida en su justa medida es el verdadero “motor” de nuestras vidas, la que nos hará sentirnos felices y realizados-as, sabiendo que hemos puesto todo de nuestra parte.