EL ARTE DE HABLAR

Domingo  /  21 de Marzo, 2021

En el pasado post El arte de escuchar comentaba la importancia de escuchar dentro del proceso de comunicación y que era, posiblemente, la característica que menos dominamos. Siguiendo con las habilidades de dicho proceso, quisiera introducirme en los aspectos que debemos tener en cuenta al hablar para tener impacto, persuadir y conseguir que nos escuchen.

Buena parte de los problemas y malos entendidos entre personas procede de una inadecuada comunicación. En muchas ocasiones estos problemas de comunicación no son causados por no hablar, sino por la dificultad para entendernos. Porque en la comunicación es tan importante el componente racional-intelectual como el emocional-afectivo

Al depender de:

• Sensaciones y percepciones.

• Motivaciones y deseos.

• Emociones y sentimientos.

• Pensamientos e ideas.

• Opiniones y creencias.

• Conductas y experiencias.

• Actitudes y valores.

Nuestro estilo de comunicarnos tiene mucho que ver con nuestro carácter y la forma de entender las cosas. El pensamiento y el lenguaje están unidos de manera necesaria, el modo en que nos expresamos habla sobre nosotros-as mismos, nuestras ideas se convierten en palabras y las emociones modulan la conducta. 

Pensemos que cuando hablamos, comunicamos con todo el cuerpo:

Lo que decimos (lenguaje verbal): Oral (hablar, escuchar), escrita (escribir, leer).

Cómo lo decimos (lenguaje no verbal): Tono de voz: Voz, fluidez verbal, silencios, pausas, velocidad, tiempo… y Lenguaje corporal: Postura, gestos, distancia, mirada, movimientos y componentes fisiológicos (respiración, frecuencia cardiaca, sudor, flujo sanguíneo, activación muscular).

Resulta curioso que nos formen en aspectos como la escritura y no en la oratoria, pudiendo comprobar cada día que hablamos mucho más de lo que escribimos. A la vez que tampoco nos entrenen o preparen en cómo hablar, cuando el lenguaje no verbal supone un 93% de la comunicación.

Tener facilidad de palabra, saber comunicar, emocionar e involucrar es la llave del éxito, siendo parte de las habilidades que conducen al liderazgo. Mientras que el liderazgo induce a la eficacia a través de la consecución de los objetivos. De poco sirve el talento sin comunicación, puesto que quedará diluido en las ideas y trabajos sin resultado práctico.

En el área del deporte, un entrenador-a o monitor-a, establece objetivos, enseña, refuerza, motiva, conversa con calidad, transmite confianza, corrige… en definitiva, comunica. Es muy importante la comunicación en su desempeño, por lo que deberemos trabajar cada día esta habilidad.

¿Qué aspectos debemos tener en cuenta al hablar, cuando nos dirigirnos a los-as deportistas para hacerlo con eficacia?

• Comunicación visual (saber mirar a las otras personas, seducir).

• Postura correcta (moverse con naturalidad, la magia de la posición corporal y los gestos).

• Cuidar el aspecto (aparecer de manera apropiada para la ocasión).

• Voz y variedad vocal (persuadir manejando el tono de voz, la velocidad, el énfasis…)

• Uso efectivo de las pausas (sin muletillas).

• Atraer la atención de la escucha (saber mantener activo el interés).

• Uso efectivo del humor (crear un lazo con quienes escuchan).

• Ser uno mismo-a (auténtico-a, genuino-a).

• Claridad en el mensaje (conocer y dominar el tema a desarrollar).

• Aportando valor a las ideas (el resto se sentirán liderados-as y útiles con sus aportaciones).

• Empatía (ponernos en el estado emocional del resto).

• Transmitiendo ilusión (forma de mantener la “llama” viva, toquemos el corazón, la motivación).

• Analizarnos (después de cada intervención, es la única forma de corregir y mejorar).

Cuidemos y preparemos con antelación nuestras intervenciones, porque como decía Oscar Wilde “nunca hay una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión”.