PERSONAS RESILIENTES

Domingo  /  19 de Diciembre, 2021

Hay momentos en los que la vida no resulta precisamente cómoda y nos pone a prueba de cómo afrontarla. Convivimos con diferentes situaciones que en ocasiones nos generan cierta agresión a lo que nos rodea. Nuestra salud (en estos momentos estamos padeciendo la pandemia y lo que ello conlleva) o la inestabilidad laboral (falta de trabajo, malos horarios, sueldos…) son dos ejemplos de la actualidad.

No son cuestiones exclusivas de nuestra época, siempre han existido diferentes situaciones a las que hacerles frente y siempre existirán. Forman parte del juego de la vida. La clave está en cómo afrontamos las adversidades o dificultades que nos van ocurriendo. Situaciones que nos ponen nerviosos-as, con miedo e incertidumbre, que nos hacen sufrir, pero también nos ofrecen una oportunidad de crecer como personas. 

Esta habilidad para levantarnos cada vez que nos caemos, para seguir adelante, para intentar funcionar correctamente aun en situaciones adversas es lo que se denomina “resiliencia”. La RAE lo define como la “Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”. La resiliencia es un ajuste positivo ante situaciones adversas de la vida, tanto a nivel personal, profesional como social.

Quienes tenemos unos años hemos podido experimentar diferentes situaciones en las que parece que aprendemos a base de golpes (accidentes, multas…) Hay veces que nos cuesta reaccionar, y en consecuencia adaptarnos, a la nueva situación que se nos plantea. Necesitamos tropezarnos primero y después aprender. Hablamos de la resiliencia reactiva.

Si bien es cierto que también podemos prever ciertos escenarios de riesgo que nos pueden pasar, orientados por la experiencia, y adelantarnos a la situación sin necesidad de padecerlos directamente. En este caso nos encontramos en la resiliencia proactiva.

La resiliencia se puede entrenar a través de la práctica hasta generar hábitos. Algunos-as pueden tener su mentor-a en casa, donde a través de la educación de sus progenitores van interiorizando cómo afrontar diferentes situaciones que aparecen en sus vidas. Otros-as deberán recurrir a las diferentes vivencias, las cuales nos hacen construir nuestras creencias, actitudes, pensamientos y capacidades, en definitiva, una mentalidad de crecimiento.

Un buen método de activar la resiliencia es cuando tenemos un problema. La mejor manera de combatir un problema es afrontarlo en lugar de esquivarlo. No siempre es fácil, pero es la mejor manera de resolverlo. Entendamos un problema como un reto, un desafío, como una oportunidad para aprender y crecer. 

Como señalaba antes, la clave no está en lo que nos sucede, sino en nuestra actitud. Nosotros-as decidimos cómo gestionamos cada aspecto que nos pasa en la vida, tenemos la opción de ser optimistas o pesimistas. Enfoquemos nuestros pensamientos y acciones en lo que funciona, en el beneficio en lugar del fallo. Activemos nuestra mejor versión de resiliencia.

Ten en cuenta estas claves, te ayudarán a mejorarla:

• AUTOESTIMA: Ten confianza en ti mismo-a. Quiérete y valórate.

• AUTOCONTROL: Interpreta y gestiona tus emociones.

• CONFIANZA: Cree en ti y tus capacidades, no te dejes influir negativamente.

• FLEXIBILIDAD: Los problemas no duran siempre. Adáptate a los cambios.

• OBJETIVOS: Márcate objetivos realistas (SMART).

• POSITIVIDAD: Mira las cosas desde la perspectiva del beneficio.