LA COMUNICACIÓN NO VERBAL EN EL DEPORTE BASE

Domingo  /  15 de Mayo, 2022

Viendo un partido de fútbol en categoría cadetes me llamaba la atención cómo uno de los entrenadores se dirigía a su equipo para transmitirles indicaciones. Tono de voz muy elevado, constantes movimientos con los brazos y citaba algún nombre a la vez que pateaba la hierba de su zona.

Estaba a unos diez metros y sus gritos consiguieron desviar mi atención del partido hacia él, pero no era capaz de entender con claridad lo que decía a pesar de mi interés. Si yo no entendí nada, me preguntaba qué habían entendido los chicos mientras jugaban, situados a una distancia considerablemente más lejana que la mía.

El lenguaje verbal (lo qué decimos) supone un 7% de la comunicación. Mientras que el lenguaje no verbal (cómo lo decimos) representa un 93%. De aquí se deduce la importancia del tono de voz y el lenguaje corporal que utilicemos para comunicarnos con el equipo, puesto que este tipo de mensajes generan en los-as deportistas respuestas diferentes de acuerdo a cómo se interpreten.

Cada expresión facial, contacto visual, movimiento corporal, postura, gesto, distancia… incluso cuando se guarda silencio, se comunica. Es decir, cualquier conducta tiene el valor de un mensaje en la interacción humana, es imposible no comunicar. Por lo que, buscar la congruencia y coherencia entre la comunicación verbal y no verbal es básico para mantener la credibilidad de nuestros jugadores-as, así como la del cuerpo técnico con el que se trabaja.

La comunicación no verbal tiene más poder de convicción que la palabra. Cuando el mensaje se contradice con lo que el cuerpo y expresión facial están comunicando, los chavales-as tienden más a creer lo que ven que lo que oyen. La manera de ser convincente es adoptar la postura y los gestos adecuados al mensaje transmitido.

Todo esto forma parte del estilo de comunicación de un-a entrenador y, el estilo de comunicación, guarda relación con el desarrollo y rendimiento deportivo. Si estamos hablando de deporte base, los gritos, chillos… lo único que generan son altos niveles de ansiedad en los-as jóvenes deportistas ante entrenadores-as que no controlan sus niveles emocionales.

Practiquemos y mejoremos nuestro método de comunicación, no solo en los partidos, sino también en los entrenamientos y al dirigirnos a los padres/madres. La manera de transmitir una idea deber seguir un criterio lógico y, como apunto, tener coherencia entre lo verbal y no verbal. Cuántas veces hemos visto un partido con un entrenador-a pidiendo calma a sus jugadores-as mientras corre agitado-a la banda.

A la hora de poner en práctica la comunicación no verbal, ten en cuenta estos aspectos:

Lenguaje y postura corporal: apariencia física, gestos, movimientos...

La imagen. Es importante crearse una buena imagen y mantenerla.

Proximidad física: estar cerca del-la deportista, aunque no se le comunique nada verbalmente.

El para-lenguaje, el registro y el tono de voz: se refiere a los componentes vocales que acompañan al mensaje e indican el estado o la intención del emisor-a (como se dicen las cosas).

La mirada: los ojos siempre hablan por las personas, dominar este canal de comunicación es del todo necesario.

La expresión facial: Nuestra cara y cómo nos expresamos ponen de manifiesto multitud de emociones, señales y sentimientos de forma consciente o inconsciente.

El entrenador-a del deporte base es el-la responsable de formar personas a través de la práctica deportiva. Gestionar un correcto estilo comunicativo es fundamental para que el-la deportista mantenga niveles óptimos de entendimiento, integración y participación.