DEFINIR ADECUADAMENTE LOS OBJETIVOS

Domingo  /  05 de Junio, 2022

Tener objetivos es fundamental en cualquier organización. Si nos trasladamos al ámbito deportivo, podremos trabajar los objetivos de proceso y resultado, tanto individuales como colectivos. Me voy a quedar con este último, el objetivo colectivo que cada temporada tiene cualquier equipo.

Definir, acordar y aceptar un objetivo supone dar sentido al equipo, activando nuestra motivación, estimulando nuestro estado emocional y favoreciendo la concentración. Es necesario escribirlo, aporta orden y permite mejorar la atención, concentración y memorización sobre lo que estemos aprendiendo. Después tendremos que organizar y planificar cómo lo vamos a trabajar para conseguirlo.

Cuando tenemos un objetivo desafiante, pero realista para no provocarnos frustración, supone establecer un reto que mantenga motivado a nuestro cerebro. Puesto que la motivación comienza en el cerebro a través de un proceso de neurotransmisores que nos permiten conservar la atención y concentración en los objetivos planteados, y de esa forma cumplirlos.

Neurológicamente el cerebro está dividido en distintas partes con misiones diferentes y complejas. Para simplificar, podríamos decir que tenemos dos mentes: la mente consciente (representa el 5% de nuestras conductas y decisiones), es la parte que se ocupa de la razón y la lógica. Nos permite tomar decisiones, la utilizamos para saber cómo hacer lo que pensamos realizar.

Y la mente inconsciente (representa el 95% de nuestras conductas y decisiones), que es la parte emocional, la cual se ocupa de la creación, dejándose llevar por los gustos y deseos. Es la encargada de ubicarnos en nuestra zona de confort y alejarnos de los displaceres de la vida como los cambios, retos, situaciones nuevas, etc. 

Se convierte en un boicoteador de nuestros objetivos. Evidentemente se puede entrenar o dominar, para ello tenemos que ajustar en todo momento nuestra visualización del objetivo y activación de la motivación.

La motivación nos permite concentrar nuestro interés en un solo tema (objetivo) durante un tiempo determinado. Si así no fuera, nuestro cerebro estaría poniendo atención a diversas cosas a la vez, al estar diseñado para ello, y no podríamos conseguir nuestro objetivo concreto.

En ocasiones, cuando ya hemos conseguido el objetivo establecido para la temporada y todavía nos quedan jornadas por disputar, pensamos que podemos conseguir a continuación un segundo objetivo diferente. No es tan sencillo, porque ello supone tener que volver a activar nuestros neurotransmisores cerebrales DAS: Dopamina, Adrenalina y Serotonina (el deseo, la acción y la motivación).

No digo que resulte imposible conseguir un segundo objetivo, pero es mucho más complejo. El placer generado por cumplir con el objetivo supone que entremos en una fase de relajación, poca concentración y falta de deseo. Nos introducimos en un periodo donde no hay estímulos ni tensión y perdemos la atención sobre lo que estamos haciendo. 

En este escenario es muy complicado activar nuevamente al equipo por la consecución de un segundo objetivo. Es mucho más productivo elegir adecuadamente el objetivo a perseguir al inicio de la temporada.