LA LEY DEL ESPEJO

Domingo  /  30 de Octubre, 2022

Con el inicio de la nueva temporada de fútbol 22/23 me acerqué a ver un partido de categorías inferiores. Al poco de iniciarse el juego me tocó presenciar lo que, desgraciadamente, viene siendo un clásico: ver como un padre grita, corrige, ordena… a su hijo desde la banda. 

Tras unos minutos presenciándolo, me vino a la memoria el libro “La ley del espejo” de Yoshinori Noguchi, reconocido experto en coaching y asesoramiento psicológico japonés, nacido en Hiroshima en 1963.

“La ley del espejo” nos cuenta la historia de Eiko, una madre preocupada porque en el colegio su hijo sufre acoso escolar. Una mujer sobreprotectora, hasta el punto de agobiar en exceso a su hijo, por lo que la relación entre ambos es cada vez más fría y tirante. Desesperada, Eiko decide acudir a Yaguchi, un amigo de su marido que entiende sobre filosofía y psicología. 

Tras varias sesiones, Eiko descubrirá a través de las observaciones de Yaguchi, que realmente el problema no está donde ella creía que estaba. Debe abrir los ojos y visualizar los verdaderos problemas que tiene su hijo y que existen una serie de leyes que rigen la vida.

La historia desarrolla dos leyes: la ley de lo inevitable, la dejo para otro momento, y la ley del espejo, en la cual me quiero centrar. En relación a esta ley, el libro señala: “Los acontecimientos que ocurren en la realidad son el resultado. Cada resultado siempre tiene una causa. Y esta causa se halla en su interior. Es decir, debe saber que su vida es el espejo que refleja su interior... Gracias al espejo que es la vida podemos darnos cuenta de la propia persona y tenemos la oportunidad de cambiar”.

¿Qué significa esto? ¿Qué es la ley del espejo?

La “Ley del espejo” de Y. Noguchi propone que nuestra percepción del mundo y de las relaciones humanas son un reflejo de nuestro interior. Esto quiere decir que las circunstancias externas (una mala relación, un trabajo que no nos satisface…) resaltan como estamos por dentro (creencias limitantes, manera de pensar…)

Yoshinori sugiere por tanto que todos los cambios que queramos llevar a cabo con lo que se refleja en el mundo exterior deben suceder primero de manera interna. La causa de lo que te ocurre fuera eres tú mismo-a, la ley del espejo te invita a dejar de lado el victimismo y tomar acción en la vida, cambiándote tú primero-a.

De una forma simple, podemos decir que la “Ley del Espejo” nos hace ver en los-as demás una realidad que también en nuestra. Los rasgos que más destacamos de las otras personas, lo positivo, pero, sobre todo, lo negativo, están también en nosotros mismos-as. Eso hace que nos fijemos con una mayor frecuencia en aspectos de personalidad de alguien en concreto, de una manera subjetiva.

En la “Ley del espejo” hay que diferenciar cuatro perspectivas:

  • Todo lo que me molesta, irrita o quiero cambiar de la otra persona, también está dentro de mí.
  • Todo lo que el (la) otro-a critica o juzga de mi persona, si me molesta o hiere, es algo que está reprimido en mí y es necesario trabajarlo.
  • Todo lo que me gusta de la otra persona, lo que amo en ella, también está dentro de mí.
  • Todo lo que el otro me critica, juzga o quiere cambiar en mí sin que me afecte, le pertenece a esa persona.

Antes de realizar determinadas actuaciones y observaciones a otras personas, sería aconsejable desarrollar un ejercicio de autoconocimiento y resolver primeramente en nuestro interior los aspectos que a otros-as exigimos o reclamamos, no traslademos nuestros errores a los-as demás.