Definimos inteligencia emocional como la adecuada utilización de nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados.
En el artículo anterior hablaba de la "Curiosidad". La curiosidad, entre otras cosas, implica explorar el modo de comprender otras perspectivas sobre cualquier tema que nos interese, lo que supone desarrollar una de las competencias más importantes de la inteligencia emocional, la “Empatía”.
Leonardo da Vinci fue un polímata total del Renacimiento y una de las mentes más prodigiosas a nivel mundial de todos los tiempos.
Hay momentos en los que la vida no resulta precisamente cómoda y nos pone a prueba de cómo afrontarla. Convivimos con diferentes situaciones que en ocasiones nos generan cierta agresión a lo que nos rodea.